Milonga en la noche, en la nada, en el barro, en la furia. Milonga de noches de frío de cielos sin luna. Milonga de hambre, de rabia, de hastío y locura. Milonga, de tajo y cuchillo del borde de la ciudad. Milonga en la esquina dos tipos se juegan la vida. Milonga de insomnio, de alarde, coraje y bravura. Milonga enredada en la trama de tristes hazañas. Milonga de tajo y cuchillo del borde de la ciudad. Vengo del borde y del olvido, Cuando me bautizaron no vino dios. Ando saltando charcos, mordiendo el barro, Pero igual me sobra fuerza para seguir. Milonga en el borde se agita un rumor de esperanza. Milonga en el borde del mundo se enciende el mañana. Milonga en el barrio los pibes calientan los parches. Milonga rugen los tambores del borde de la ciudad. Vengo del borde de las cosas, De una galaxia de arrabal, Siempre pateando duro, buscando el mango. Pero igual me sobra fuerza para seguir. Milonga de los arrabales, mezclados con la ciudad. Milonga del que no tiene, demás tiempo para esperar. Milonga de los olvidados, cansados de rebotar, Contra el borde de la nada, siempre al filo, siempre atrás.