Para Manuel González Prada Esta emoción bravía y selecta Una de las que, con más entusiasmo Me ha aplaudido el gran maestro Dios mío, estoy llorando el ser que vivo Me pesa haber tomádote tu pan Pero este pobre barro pensativo No es costra fermentada en tu costado Tú no tienes Marías que se van Dios mío, si tú hubieras sido hombre Hoy supieras ser Dios Pero tú, que estuviste siempre bien No sientes nada de tu creación Y el hombre sí te sufre, el Dios es él Hoy, que en mis ojos brujos hay candelas Como en un condenado Dios mío, prenderás todas tus velas Y jugaremos con el viejo dado Tal vez, ¡oh, jugador! Al dar la suerte del universo todo Surgirán las ojeras de la muerte Como dos ases fúnebres de lodo Dios mío, y esta noche sorda, oscura Ya no podrás jugar porque la Tierra es un dado roído Y ya redondo, a fuerza de rodar a la aventura Que no puede parar, sino en un hueco En el hueco de inmensa sepultura