Amada, en esta noche tú te has crucificado Sobre los dos maderos curvados de mi beso Y tu pena me ha dicho que Jesús ha llorado Y que hay un viernes santo más dulce que ese beso En esa noche rara que tanto me has mirado La muerte ha estado alegre y ha cantado en su hueso En esta noche de setiembre se ha oficiado Mi segunda caída y el más humano beso Amada, moriremos los dos juntos, muy juntos Se irá secando a pausas nuestra excelsa amargura Y habrá tocado a sombra nuestros labios difuntos Y ya no habrá reproches en tus ojos benditos Ni volveré a ofenderte Y en una sepultura los dos nos dormiremos Como dos hermanitos