Aún persiste en el cielo su estela de cristal El reflejo que ondula en el mar Nuestros miedos se hundieron en la memoria Aprendimos a respirar Cultiva el amor por los vientos Esos que no dejan que el cuerpo avance Entre los arbustos de espinas filosas Seguro encontrarás la plenitud La piel seca se quiebra pero no duele más Las sonrisas son de piedra En el medio del pecho habita lo escencial Se ve y no para de brillar Desecha todo lo que te impongan Si nunca el camino estuvo marcado Allí en el centro de tu universo Seguro encontrarás a Dios