Cuando miro hacia el cielo; Y busco el consuelo que das solo Tú; Siempre invoco tu nombre porque sé que me llevarás hacia Jesús; Y así te doy mi devoción y me rindo ante tu amor. Me acerco a Ti, cayendo en contemplación; Y haces brotar un canto en mi corazón; En la quietud me uno a Ti en oración; Porque eres Tú, Madre de mi Salvador. Cuando el rumbo es incierto; A Tú lado yo encuentro un refugio de paz; Y abres una ventana que me muestra el camino hacia la verdad; Y en Ti hay un rayo de luz que aleja la oscuridad. Tú eres como un manantial; De alegría y de bondad; Eres PUERTA DEL CIELOO