Concebí una vida en contravía. Una interpretación, una sensibilidad de la realidad de la muerte en vida. De la realidad. Los letrados del desastre cosecharon vidas con olor a muerte. Sin dejarnos ver que nos devoramos unos a otros entre todas sus mentiras. Soy el defecto, la anomalía; el testigo del el dolor entre cráneos en cosecha. El defecto; el desecho del progreso. Hoy reescribo mi destino eligiendo el fracaso como parte del camino. Entre el llanto aún me niego a jugar su juego. Cualquier esfuerzo parece inservible, mis lágrimas son el combustible. Concebí una vida en contravía. Aún sonrío entre los felices y espero el momento para destruirlos.