Luces apagadas que despiden la jornada En la ciudad que cada día debo atravesar. Ya cerró la caja y el sonido de la chapa Es la breve sintonía de la libertad. Lo mejor que cambió la tarde de color. De Madrid al infierno en este tubo gris. Pasan en la noche el taxista y el viajero, Mientras uno mira al cielo el otro al contador. Unos friegan suelos mientras otros prenden fuego Al cigarrillo que apetece después del café. Y en La Cruz limpiabotas junto a un Porsche azul ¿Fuiste tú la princesa que bajó del bus? Te escribo una postal de mi ciudad Con tinta de deseo por perder mi soledad. La calma tiene prisa por llegar, Buscar una sonrisa es una aguja en un pajar. Y entre tanta gente, Sorprendentemente surges tú. Y entre tanta gente, Sorprendentemente surges tú. Negros venden chinos, chinas venden bocadillos, Unos moros cigarrillos y otros de fumar. Es la comercial de la Gran Vía por la noche Y por el día me satura de publicidad. No se quién comentaba que esto marcha bien, Sin estrés porque llega bien a fin de mes. Te escribo una postal de mi ciudad Con tinta de deseo por perder mi soledad. La calma tiene prisa por llegar, Buscar una sonrisa es una aguja en un pajar. Y entre tanta gente, Sorprendentemente surges tú. Te escribo una postal de mi ciudad Con tinta de deseo por perder mi soledad. La calma tiene prisa por llegar, Buscar una sonrisa es una aguja en un pajar. Y entre tanta gente, Sorprendentemente surges tú. Y entre tanta gente, Sorprendentemente surges tú.