El hijo de Adela soñó con ciudades Con cinco minutos de amores eternos Así que cruzó todo un mar de olivares Y el flaco un verano huyó del invierno Creció con Neruda, Vallejo y Quevedo Poeta torero que, aun todavía Por la luz de un verso se tira al ruedo En busca del credo de la poesía Guitarras sin patria alivian sus miedos Con himnos de Cohen, Yupanqui y Chavela El Nano, Violeta y un tal José Alfredo Bob Dylan y Krahe, maestros de escuela Rancheras que sólo se cantan llorando Retratos de celos con muerte anunciada Baladas que callan el cómo y el cuándo Canciones de amor desenamoradas Ningún caballero se tira a la lona Y nunca abandona su porte y bombín Banda sonora que Antonio y Varona Vistieron con notas de güisqui y carmín Corcel desbocado, desertor del redil Puso el grito en Granada como mayo en París Una rosa de Lima trajo su mes de abril Y solo él rima corazón con Madrid Dos musas en vena le imploran callando Que alargue los bises de la despedida Yo pongo el tequila, tú sigue buscando Detrás de la falda de noches perdidas Rancheras que sólo se cantan llorando Retratos de celos con muerte anunciada Baladas que callan el cómo y el cuándo Canciones de amor desenamoradas Tanguitos porteños que viven penando Un canto quebrado que va a la batalla Versos con lengua que siguen besando Los labios del alma, bendito canalla