Era bella y católica como Isabel Más bien gordita pero bien presentable Guardaba una sonrisa de papel En sus ojos por siempre impermeables Ya desde pequeñita fue educada Para ser buena hija, después amante esposa Siempre fiel, siempre disciplinada Y madre de familia numerosa Y se extrañó cuando le dije adios Y se extrañó cuando le dije adios Después que nos casamos la cosa cambió Usaba bigudíes, compraba por mayor Pobre, bella y malmaridada Decía cosas que mejor no contarlas Medio loco cuando ya no podía Me iba a dar una vuelta a la Gran Vía Y en el silencio sólo escuchaba Un susurro de abejas que sonaban Y se extrañó cuando le dije adios Y se extrañó cuando le dije adios Era el terror del polvo y las telarañas Perseguía moscas sin consideración Mujeres como estas de España En mi vida las he visto yo