Tantos sueños revoloteando mi cabeza Impiden que duerma Pensamientos que van y vienen Se transforman, mutan En monstruos asesinos de la cordura De la tranquilidad Suposiciones antiguas Descubiertas por los arqueólogos del insomnio Pasan moscas zumbándome en el oído Como queriendo decirme Cosas que el viento y un manotazo Hacen callar Y abro las persianas de esta ventana Sin poder asomar mis párpados cansados Ni esta voz quebrada, ni estas manos calladas He colocado una red de sentimientos Para capturar cada paso de mi existencia Y devorar con decoro La presa dulce de tus besos Colgando de la telaraña de mis pensamientos Me despierto exaltado en medio de la noche Malditos ruidos de sordo Gemidos de mudo que resuenan de su habitación Le pongo paso al pie pensando en cómo Voy a hacerlo callar Si ni escucha mis pasos Ni el aullido agonizante de mi paciencia Y entre tanto esas lágrimas inesperadas Van derritiendo mi rostro Surcado por la ansiedad con ojos desorbitados Cerrando los caminos para el escape No hay nada más que hablar Los ruidos han terminado Dejando en desnudez parcial mi locura Ahora y desde este cuarto puedo hablarte En la oscuridad de este silencio hecho con sangre Y veo en tus ojos profundos Hondas pupilas con largas miradas memorizadas En este espejo roto