La arena de mis ojos Sin más se desvanece Claramente puedo ver A través del manto de piedad Veo quién es quién Ahora sé quién soy Vislumbro que No soy lacayo del perdón Salvación, redención, sumisión En una jaula atestada de siervos Salvación, redención, sumisión Yo elijo, existir Lato sin amos ni guías ni dueños Respiro el éter y el viento sin ardor Bebo el vino que no es sangre y gobierno sobre mi Se bien quién soy Comprendo que No soy vasallo de la condonación Salvación, redención, sumisión En una jaula atestada de siervos Salvación, redención, sumisión Yo elijo En ermitas manchadas de sangre Se caldean ardides siniestros Apostados en falsos signos de luz Abatidos borregos secundan Tiesos de miseria e irrealidad Acatan y ceden sin cavilar Sin cavilar Con vendas en sus ojos Atados de augurios y aprensión Ofrecen sus días a un sádico dios Lo opaco de la existencia Repleta de incomprensión Forman la distancia de un vil creador Salvación, redención, sumisión, En una jaula atestada de siervos Sin disentir, se cultiva la compasión No hay esencia, ni hay manumisión