Escrito en libros y altares rotos, el delirio colectivo Del siglo XX caen las hojas secas, Se torna barro lo que fue grandeza Has olvidado quién fue primero, Si el rostro blanco o tu entereza Sobre tu pecho, un emblema negro Ensangrentado, por el mismo dueño Maestro de ceremonias en este encierro, Sediento de venganza, me aferro a tu cuello Un hierro frío en la garganta Hará que hables y que cantes Si sólo hay ruido en la palestra Mejor te callas, mejor te acuestas Que corra el vino, y empiece la fiesta. Así es la vida, a veces cuchillo a veces herida Estandartes negros auguran sendas antes impensables Para un Estado digno de Berlanga Pan para hoy, hambre para mañana. Respeta el orden, agita el cava (Un presagio) Una piedra en la bisagra (Un presagio) Un espasmo entre las sábanas (Un presagio) Un crujido, una estaca (Un presagio) Un presagio de futuro