Oh mi Jesús, maestro de mi vida, Que quiero ya sobre la tierra sino a ti. Que puede el alma desar cuando ya ha gustado Las dulzuras de vuestro amor. Podrá en la vida haber más dulce melodía Que el tierno acento de tu adorable voz. No, hermosura, pues nada basta al alma mía Fuera de tu divino ser. Sumérgeme, Jesús, en este fuego de tu amor; En tu amable Sagrado Corazón. Ah, mi Jesús, venid muy pronto a arrebatarme Y que encuentre reposo sólo en tu corazón. ♪ Allí escondida, sin ya saber del mundo nada Quisiera morar por el resto de mi vida. Allí aprenderé lo que es amar, también gozar, Y en el dolor hacer tu voluntad. Sumérgeme, Jesús, en este fuego de tu amor; En tu amable Sagrado Corazón. Ah, mi Jesús, venid muy pronto a arrebatarme Y que encuentre reposo sólo en tu corazón. Y que encuentre reposo Sólo en tu corazón.