Varados sin luces y el alma en los hombros,
Esperan señales, de un desconocido,
El miedo en la sangre y el futuro en los ojos,
Anuncia el coyote la barca, está el río crecido.
Las madres sostienen el hambre y el llanto,
Se ve la bengala en la próxima orilla,
Ya han cruzado un país, pero faltan otros tantos,
Solo sigan con vida.
Y que solo la muerte les haga dejar de creer,
En llegar hasta donde dijiste posible,
Ya no hay tiempo, ni patria, ni amor, que les haga volver,
Es un riesgo estar vivo y el precio es ser libre.
Amanecen los cercos, oxidando la lluvia,
Uniformes con sed de disparo, se afilan las balas,
Una hélice rompe los cielos, la esperanza y la herida,
Libertad es la palabra más lejos, a unos pasos de verla.
Pero que solo la muerte les haga dejar de creer,
En llegar hasta donde dijiste posible,
Ya no hay tiempo, ni patria, ni amor, que les haga volver,
Es un riesgo estar vivo y el precio es ser libre.