No me hieren los perros del diablo,
Los héroes más asesinos,
El horizonte sigue siendo un sol de sangre,
La esperanza un puñal que reza los suspiros.
El gris expresionista de mis muertos,
Los abstractos febriles de la brizna,
La asfixia es un balazo,
El inmenso de un rostro desnudo de sed, sin vida.
Las lagrimas son laberintos descalzos,
Los besos desalman la pólvora oscura,
Los suspiros son trazos del aire a contra calma,
El boomerang desprende las torturas.
El viento deshace sus cruces de humo,
Las velas pinchadas se hunden detrás de los besos,
Hay hielo en la niebla de cada pupila,
Los seres más vivos sobre muriendo.
A mí no me tocan tus disparos,
Yo ando de blindado en la caravana,
A mí no me chocan tus manos,
Yo ando un corazón anti-bala.
El vientre silenció los cementerios,
La hemofilia a salvo de la herida,
Armados de cólera rompen los pasos de polvo y de luz,
El yugo eterniza las huellas al polvo y la ira.
La abyecta crisis eternizada,
El subsidiado crimen derrama su ley delirante,
Tu llanto será en sus manos,
Rompiéndose en óxidos la única fe de pulsos sin aire.
Las paginas son amarillos en blanco,
Las lunas más grises se inmensan de humo en cristales,
Las vidas más sobrias se van deshaciendo en las obras,
Y hablan de vientos y culpables.
Los hijos del beso robado en las guerras,
Las guerras y el beso que nunca entregaron los hijos,
Hay hijos que tienen mas guerras que besos,
Y besos y guerras sin hijos.
A mí no me tocan tus disparos,
Yo ando de blindado en la caravana,
A mí no me chocan tus manos,
Yo ando un corazón anti-bala.