Al fondo de una quebrada Vivía el alma del hijo del Sol Cantaba sus penas, ahogaba Sus gritos y nadie velaban por Él El viento traía el murmullo de voces De gentes que hablaban de Él Hablaban y hablaban y hablaban Y hablaban, nada hacían por Él Cuando subió a su montaña, El padre Sol le explicó Que su madre era la Tierra, Y la Tierra era de Dios