Yo soy aquel que un día cruelmente despreciaste, Cuando tan locamente me enamoré de ti. Él que a diario pensaba tan solo en adorarte, Que me moría por verte, y me dejabas morir. Subiendo amargamente estuve mucho tiempo, Hasta que un día cansado muy lejos me aleje, Desde el mismo instante empezó a cambiar mi suerte. Y que tan fácilmente de ti yo me olvide. Ahora que la vida me es dulce y plaza entera. Por que a todo momento me da felicidad- De volverte quisiera con crece este es tu desprecio. Y si veo que te mueres yo no te tendré piedad Y si es mucho el pecado de arde de tal manera Dios me dará el castigo que debo merecer Por que yo te estoy pagando con la misma moneda Y hasta que el día que yo me muera te desprecio mujer.