Tan lejos mio pero no imposible, anhelo un día morar allí. Donde las calles son de oro y la paz sin fin. Y tu sonrisa amanece allí, iluminando de alegría el cielo. Donde la historia de mi redención, me la cuenta mi Dios. Si muero aquí que sea en ti, pues yo no quiero rechazar tu encuentro. Y si no hubiera nada allí, bastará con mi maestro. Si ya te siento cerca aquí, no logro imaginar contigo el cielo. Cantando siempre junto a ti, la alabanza más feliz. Recordaré en mi nuevo hogar la vida que con dolor padecí aquí. Tristes momentos borrará el Señor de mi vivir. Comenzará la historia sin final y cumplirá Jesús todos mis sueños. Pero mientras espero aquí por ti, Señor te quiero pedir: Si muero aquí que sea en ti, pues yo no quiero rechazar tu encuentro. Y si no hubiera nada allí, bastará con mi maestro. Si ya te siento cerca aquí, no logro imaginar contigo el cielo. Cantando siempre junto a ti, la alabanza más feliz.