Una noche te busqué como mi maestro. Y entendí que en ti tendré un nuevo comienzo. Cuando tuve sed de ayer, agua en el desierto y pusiste tu vida en mi. Y escuchaste mi voz cuando te llamé, con temor en tempestad. Cuando ciego me viste, viniste a mi y tu luz pude contemplar. Caminaste a mi lado y no descubrí que eras Dios, que aún así tu pusiste tu vida en mi. Mil problemas no podrán ocultar señor tu faz. Porque puedo yo confiar, siempre a mi lado estás. Y si en algo he de fallar, Que no sea en dudar que pusiste tu vida en mi. Y si vienen tormentas yo tengo paz, si hay dolor me sostendrás. Si mi alma se nubla tu luz vendrá, y no habrá más oscuridad. Tu presencia agradezco tener aquí, Porque hoy yo comprendí que pusiste tu vida en mi. Gran felicidad Señor me das, y mi anhelo es por siempre alabarte. Tu renuevas fuerzas para volar, y en tus brazos encuentro refugio. Con mi vida quiero demostrar que en todo tiempo tu amor está. Y, si vienen tormentas yo tengo paz, si hay dolor me sostendrás. Si mi alma se nubla tu luz vendrá, y no habrá más oscuridad. Tu presencia agradezco tener aquí, Porque hoy yo comprendí que pusiste tu vida en mi. Que pusiste tu vida en mi, Que pusiste tu vida en mi.