Surge la gloria de algún idiota Latentes bocas crearon su honor Falsificando sus aventuras Buena persona su condición. Rey de la nada y lo confuso Entre sus regalos halló poder Y se sintió tan alto de golpe Que desde arriba quiso mover Todos los hilos de los muñecos Que olvidados, estaban quietos Sin pensar nunca que alguien les diera Vida prestada, aunque atada. Después de un tiempo, Las marionetas se dieron cuenta de que vivir Significaba algo más amplio que estar movidas desde lo alto Haciendo siempre lo que otros ordenan Mirando la llovizna caer. Ya preferían quedar tiradas A caminar siempre atadas Y fue entonces por última vez Que el idiota quiso ser rey De la nada y lo confuso. Sin marionetas, Se acabó el poder.