Necesito un país que se arranque la tristeza, Gente buena porque si, corazón en la cabeza. ¿Dónde están? ¿Cómo hacer que sucedan? ¿Donde están? Ya no sé la respuesta Necesito un país que se arranque la tristeza, Algo menos de rencor, algo de delicadeza. ¿Dónde están? ¿Cómo hacer que sucedan? ¿Donde están? Ya no sé la respuesta Necesito un país que sonría, Necesito un país que se arranque ese grís que oscurece sus días, Un país sin derecha ni izquierda Ni cuerdas que tensan rivales. Sin peleles que vendan en teles sus intimidades. Un país sin Rajosy, Rubalcabas ni Aguirres, Donde criemos a niños sensibles sabiendo que aquí serán libres, Un país con más libros y menos partidos del siglo. Un país sin peligros ni líderes tan inservibles. Un país sin deshaucios, mentiras ni estafas, donde se acepten todos los credos, los sexos, ideas y razas. Un país que no se atraganta que aguanta sin peros donde justicia sea igual para obreros que para la infanta, Un país que levanta su voz que grita, que se agita y no calla en cada batalla contra quien le quita su pan y sus techo, Que golpeé en su pecho y olvide el recelo, que salga a exigir sus derechos sin dudas ni miedos. Un país que limpie su rostro y se olvide del yo, que encuentre en nosotros la fuerza, la voz, que tenga valor, Un país que se informe y no se conforme con humo, donde trabajo y vivienda no sea el privilegio de algunos. Necesito un país que piense y use la cabeza, donde llenar la despensa no sea una proeza. Un país que mejora y no roba, no llora, no implora. Un país que se arranque la pena de una vez por todas. ¿Dónde están? ¿Cómo hacer que sucedan? ¿Donde están? Ya no sé la respuesta Necesito un país que se arranqué la tristeza.