Los poetas existimos para sufrir Es nuestro sí-no Yo, lo asumo Y como tal, me lanzo a trazar palabras desdibujadas, empapadas de una tristeza Marina Yo pude haber sido pintor Y me la sudaría Yo podría haber sido escultor Y me la sudaría Yo podría incluso no haber sido Y, entonces, sí que me la sudaría Pero soy poeta Sufro, luego existo Y la existencia me aprieta, me estrecha Arruga las sábanas de la cama de la calma Y no me deja existir Y, cuanto más existo, menos existo Pero sigo, sigo deslizando sin pensar la punta del bolígrafo Como si se tratara de una tara contradictoria y paradójica Apenas perceptible a primera vista Pues, sobrevivirá el poema, no el poeta Los poetas existimos para no existir