Las malas lenguas me gustan Las que disparan su intriga Sin pensar en la fatiga Que causan a quien acusan. Las malas lenguas se ajustan A aquellos oídos tontos Que a todo ponen el costo Acorde a la fantasía, Y aún así, bien podrían Lograr resolver su agosto. Las malas lenguas se esconden Para inventar su discurso, Sin detenerse en su curso Ni a la mesura responden. Las malas lenguas me adornen Porque ellas nunca se sacian De elaborar con audacia Relatos con intenciones, Aunque escondan sus razones Pronto se les ve la gracia. De todas las lenguas malas Las buenas son las peores Pues cuando lanzan sus flores Al necio le ponen alas. Y volando en altas galas Por la tontería extrema, No hay fórmula ni teorema Que nos revele el misterio Que hace perder el criterio Y de aterrizar un problema. Las lenguas malas y buenas Hay que poderlas domar, Darles buen uso es callar Y mantenerlas serenas. Porque un buen día las hienas De todo lo que señalas Se volverán pico y pala Que irán cavando tu fosa. Palabras feas y hermosas Se devuelven como balas.