Brillante sol se apagó Los astros bajaban diluyéndose en el espacio eterno Sin rayos, sin senderos, la tierra helada Oscureciéndose en el aire sin luna Y oscureciéndose en el aire sin luna Y ellos olvidaron sus pasiones ante el terror De ésta desolación; helada plegaria egoísta por luz Los haces caían sobre ellos Y escondían sus ojos y lloraban Sus barbillas en sus manos apretadas Los ríos, lagos, océanos estaban muertos Y nada se movía, en silencios abismos Las naves sin marinos yacían pudriéndose en el mar Sus mástiles bajaban; poco a poco; dormían en el abismo Las olas estaban muertas; la marea estaba en sus tumbas Los vientos se marchitaron en el aire estancado