El optimista ve vida, el pesimista muerte El ganador cree en el esfuerzo, el vago en la suerte Hay quien prefiere nadar a contra corriente Y hay quien sucumbe ante los encantos de un puente El confiado actúa, el previsor advierte El huracán huye del fuego, el fuego de la fuente Donde el marido ve una ruptura inminente La prostituta está viendo a un nuevo cliente Una lágrima es el fruto del humor O puede ser el fiel espejo del temor El hombre débil la derrama por amor Y el hombre duro solamente por cuestión de honor Una jeringa es salvación si la empuña el doctor Una jeringa es adicción si la empuña el error El árbol se mantiene erguido ante el leñador Y hace mil reverencias frente al escritor La luz de la vela no es la luz del foco Una es intimidad, la otra alboroto Hay quien se siente pobre teniendo mucho Y hay quien se siente rico teniendo poco Donde el ateo ve placer, el cura ve pecado El ciego no quiere ver por lo que le han contado El anciano saca fuerzas fatigado El presidente promete, recuerda al exiliado Las palabras son cuchillas ante el vulnerable El ostentoso guarda el pan, lo parte el miserable El hijo recuerda a su madre El inocente ve mentiras, el verdugo ve culpables Cuando amaneces al lado de alguna intrusa El valiente da la cara, el cobarde pone excusas Es una montaña rusa El cabrón busca deleite, el poeta busca musas Triunfa el incomprendido Suele conseguirlo quien nunca ha podido El cazador ve más que un orgullo herido Y la punta de la flecha pilla al resto sorprendidos El sabio agradece lo leído Y el silencio agradece la falta de ruido Ante el bullicio el tiempo está dormido Somos tan distintos y tan parecidos