Por esta vez, sólo por esta y por última vez voy a hablar de ella. Y voy a flagelarme con su historia, su historia que es la mía. Y es la misma, la misma eterna historia de todos los días. En el rincón de un dis nos miramos, y hablando sin saber nos aprendimos El corsé de la noche desabrochamos, y un casco de guerra la ternura le pusimos Bajamos a nosotros y a conciencia, hicimos del amor una batalla Hicimos de la piel una experiencia y unidos coronamos nuestra hazaña. Y así, nos fuimos viejos cara al cielo, ancianos, ancianos de besos, niños con chupete de silencio Y así, y así, nos fuimos viejos cara al cielo, ancianos, ancianos de besos, niños con chupete de silencio. Cubrimos nuestras lanzas con deseo, dejándonos maltrecha la razón. Desgarramos la noche y sin rodeo, supimos que se nos habia acabado el corazón. Y el tren de aquel deseo se ha marchado, dejando en vía muerta mi ilusión, tan sólo su nombre me ha dejado para que yo se lo ponga a esta canción