Qué fácil es el olvido Si se trata de ti Qué fácil es sacarte de los lugares sencillos y amables Llevarte al desierto, estatua de arena Y soplar con fuerza Para verte deshecha y sin sed Qué fácil es olvidarte Qué trágico y hermoso es dejar de acordarme Borrar el rastro que dejaba tu amor cuando se alzaba Limpio, sobre mí, y me golpeaba el pecho sin asombro Qué fácil este olvido nuestro Qué sencillo es verte y no sentir urgencia Oírte y no escuchar el mar Leerte y no creerme nada Tenerte delante y mirar hacia otro lugar Qué fácil mi olvido Qué suerte tener tantos rotos a mi alcance Que no me permitan ver otra cosa de ti Que no sean la furia, los rincones, los asaltos Qué fácil es no taparme ya los ojos con tus manos Y qué difícil, en cambio, haber llegado hasta aquí Haber dejado atrás ese amor tan poderoso Tan inocentemente absoluto Tan escandalosamente incierto Haber perdido tantos trozos de mi cuerpo Qué difícil esta cura tan perseguida, tan trabajada Qué difícil aprender a verte sin amor y sin prisa Reconocer que lo único que podemos hacer Es admitir el dolor, hacerle un hueco Dejar que pase Y usarlo cuando la vida apremie Qué difícil fue tu daño, amor Qué grande y complicado, qué largo y qué cruel Pero qué fácil, qué hermosamente fácil Es olvidarte