Allá en aquel valle Sembrado de azucena Dejé mi joya hermosa Jha oime iñongatupy Mi única esperanza Mi zagala morena Cual hada pura y bella Ma'ë rory rory Yo guardo aquí en mi alma Eterna una promesa Como reliquia santa Che nichomine oico Y pasarán los años Y nunca la firmeza Se secarán sus hojas Ni oyepoty po'o ♪ Con ella yo sellaba Un núbil amor futuro En una noche clara Yusymi orerecha Testigo era entonces El firmamento puro Y el juez divino Tupä yvapegua Y hoy ella tan lejos Ausente de mis ojos Entre la suya ansiosa Ye oime che ra'aro Y yo rondando valles Y campos pesarosos Su gracia evocando Jhasy che corasö ♪ Hoy me parece verle Su negra cabellera Mecida por la brisa Cu oñeñopë yovái Y sueño como un ángel En noches placenteras Teniéndola en mis brazos Apáy jha nda vy'ái Dónde estará entonces Aquella novia ausente Aquella diosa humana Che aga pejhëngue Yo busco en vano, en vano Cansado y sufriente Presume la amargura Naiméigui jhendive ♪ Allá en aquel valle De ambiente milagroso Dejaba yo un día Mi amada Tupäsy Y fue una tarde triste Que trémulo y lloroso Por último le daba Peteï yepoyopy Adiós, adiós decía Con gestos dolorosos La mano de su diestra Iro'ysä asy Y yo siento un torrente Que baña a mis ojos ¡Adiós, Belén amada! Jha'évo che tïndy