Y dijo Dios, hagamos una tierra, una tierra a mi manera, Y pongámosle una torre con la fe por centinela, Vigía del horizonte y caprichosa veleta. Tanto azul puso en el cielo, Tanta luz de orilla a orilla (bis) Que al llegar el séptimo día Quiso quedarse en Sevilla. Y dijo Dios, hagamos de esta tierra un lugar para la brisa, Con fuentes y surtidores con niños y con sonrisas, Con jardines y con flores y con aires de marisma. Tanto azul puso en el cielo, Tanta luz de orilla a orilla (bis) Que al llegar el séptimo día Quiso quedarse en Sevilla. Y dijo Dios, que hasta el mar llegue el arte de esta tierra, Que se lleve en su río el duende de su gente, Y unamos sus riberas con un hermoso puente. Tanto azul puso en el cielo, Tanta luz de orilla a orilla (bis) Que al llegar el séptimo día Quiso quedarse en Sevilla. Y dijo Dios, hagamos de esta tierra, de esta tierra un paraíso, Donde se cante y se baile con arte y con señorío, Donde se rece a la Virgen con devoción y cariño. Tanto azul puso en el cielo, Tanta luz de orilla a orilla (bis) Que al llegar el séptimo día Quiso quedarse en Sevilla.