Hubo una vez una ciudad donde brillaba el sol sin día Hubo una vez otra mitad que la guardaban en cada esquina No supo ver que la tormenta no descansa en esa orilla Fácil creer que las maletas guardarían sus caricias No viste amor ya no hay que esconder la pena Cajas de cartón guardadas en el fondo de un Cajón, papales de periódico cubriendo cada herida Trozos de mantel que pierden el olor de aquel Café donde nos confesamos yo soy tuyo tu eres mía Y aquí no hay nadie cobarde ni tampoco un ganador Lo mas duro de este viaje fue romper aquel colchón Volare aunque no tenga alas ni plumas me hacen falta Soñare con subir esa cuesta agarrada a mis piernas Volare iré al compás del aire sin ir detrás de nadie Soñare con conseguir las fuerzas salir de La trinchera en que se convirtió este amor.