Y sin saber que en su mirada tan hermosa Había un sello de destinos condenados La vanidad, marcada en su elegancia La hipocresía con vicios demacrados. Fue al despertar que de frente a sus encantos Me sorprendió su paciencia infinita Y me sedujo con sus labios bien marcados Yo sin saber que de sangre se cubrían Me entristeció su rostro encadenado Respirando lentamente se movía. Mirándome con profunda transparencia Se me entregó en silencio adormecida Y me sedujo con sus labios bien marcados Yo sin saber que de sangre se cubrían Me entristeció su rostro encadenado Respirando lentamente se movía. Y acarició la sombra de mi pasado Por no sentir el latido de su mente Recuperó ya de mi lo que quería. Con su belleza compró ella mi mundo Y mi dolor lentamente aumentaría. Y desperté en oscuras nebulosas, ya sin sentir el paso de mis días Al impactar mi mano en la madera, Yo sin saber que la muerte me encontraría.