Esta ciudad Está embrujada, sin saber Por el hechizo cautivante de volver No sé si para bien No sé si para mal Volver tiene la magia de un ritual Yo soy de aquí De otro lugar no puedo ser Me reconozco en la costumbre de volver A reencontrarme en mí A valorar después Las cosas que perdí La vida que se fue Llegué y casi estoy A punto de partir Sintiendo que me voy Y no me quiero ir Doblé la esquina de mi misma, para comprender Que nadie escapa al fatalismo de su propio ser Y estoy pisando tus baldosas Floreciéndome las rosas por volver Esta ciudad no sé si existe, si es así O algún poeta la ha inventado para mí Es como una mujer profética y fatal Pidiendo el sacrificio hasta el final Pero también tiene otra voz Tiene otra piel Y el gesto abierto de la mesa de café El sentimiento en flor La mano fraternal Y el rostro del amor en cada umbral Ya sé que no es casual Haber nacido aquí Y ser un poco así Triste y sentimental Ya sé que no es casual Que un fuelle por los dos Nos cante el funeral Para decir: "¡adiós!" Decirte adiós a vos, Ya ves, no puede ser Si siempre y siempre sos ¡Una razón para volver! Siempre se vuelve a Buenos Aires, a buscar Esa manera melancólica de amar Lo sabe solo aquel que tuvo que vivir Enfermo de nostalgia, casi a punto de morir