Su nombre: Trinidad Su vida: Breve Su historia: Una muñeca de color, Desnuda en un agosto que aún me llueve Como en la tarde gris del sinsabor. Vestida de blanco, como una azucena, Después de las clases, volvía al hogar, Trinidad... la piba más rubia Y más buena, más blanca y más pura Que he visto en mi andar. Siete años tenía su reino en la tierra, La tarde que un auto su cuerpo arrolló Cuando en sus manos blancas, Una muñeca negra, abandonada y triste, Del suelo recogió. Mojó su sangre las piedras, De la calleja fatal, Por una muñeca negra Que su amor quiso salvar. Aún me lastima su voz, Cuando agónica decía: "¡No me la lleven es mía!... ¡no me la quiten, por Dios!" Mil madres heridas por la misma pena, Sobre tus manitas pusieron cual flor, La muñequita negra, de la mirada buena Que alguien abandonara, tal vez por su color. Mojó su sangre las piedras, De la calleja fatal, Por una muñeca negra Que su amor quiso salvar. Aún me lastima su voz, Cuando agónica decía: "¡No me la lleven es mía!... ¡no me la quiten, por Dios!"