En la terrible madrugada se palpita la muerte La calle respira violencia del infierno del hombre Que muere y mata por sus ideales Tratando de imponer una razón que jamás tuvo dueño El necio busca en las tinieblas sus verdades oscuras Y el tonto vive de su engaño sin deseo de escapar Quemando el sueño de los inocentes Urbanizando el mal sobre cimientos de barro y de muerte El odio que vive en el corazón de la ciudad se enciende Con tal fuerza que ni el dolor que nos castiga lo comprende Cuando acecha la maldad...