Como me gustaría regalarle A mi Argentina amada El verdadero canto de Corrientes El de su dignidad menospreciada Cómo me gustaría que la gente La bien intencionada Que ni sospecha lo que somos Viera el corazón de nuestra paisanada. Y pensar que todavía hay gente en otros lados Ya mal acostumbrada Que se ríe a costilla de nosotros Que nos usa y nos pide payasadas Primero nos podaron el idioma Porque éramos indiada Y hablar el guaraní fue y es pecado Porque es cosa de menchos, guarangada. Después vino la moda Y procuraron quitarnos esa traza Esta forma de ser de antigua hombría Que tenemos de bota o de alpargata No nos pidan entonces mucha labia Con la lengua arrancada... Primero fue el silencio, luego el grito Y si Dios quiere pronto la palabra. Ellos vienen con todo y son de afuera Y aunque su propaganda nos hiera el alma Y nos profane todo No han de lograr coparnos la parada Porque la sangre manda Y por la sangre nos crece el chamamé de la esperanza Prendido en un sapukay, que es un saludo A un tiempo nuevo que ya se abre cancha.