I. Solano de las marismas Y vas dejando la raya Salobre desierta y seca. Salobre desierta y seca Dile a los vientos vecinos Que no hay camino de vuelta, Dile a los vientos vecinos Que no hay camino de vuelta. To el que ha visto alguna vez To el que ha visto alguna vez A la virgen desde cerca No puede volverse atrás Aunque los tiempos se vuelvan II Los surcos de los carriles Viene el viento y se los lleva, viene el viento y se los lleva, Los surcos de los carriles Viene el viento y se los lleva Borrando así las señales Que dejaron las carretas Que dejaron las carretas Se van borrando las luces Se van borrando las huellas, Se van borrando las luces Se van borrando las huellas Pero en el fogón del alma, Pero en el fogón del alma Sigue viva la candela De ese crepitar contínuo De la leña rociera III No hay río que llegue al mar Allí remonte a la sierra, allí remonte a la sierra No hay río que llegue al mar Allí remonte a la sierra Y fruta que se remanse En el surco de la siembra Se marchan las hermandades, Se marchan las hermandades Como un enjambre de velas Y se quedarán los cotos Con el guarda y con su yegua Y se quedará el palacio, Y se quedará el palacio Con su escolta de palmera Pero el carril que tú lleves Nunca será el de la vuelta IV Cuando el lunes por la tarde Vuelvas a coger la senda, vuelvas a coger la senda, Cuando el lunes por la tarde Vuelvas a coger la senda Irás pisando pisadas Esas que al venir se dejan Desandarás el camino, Desandarás el camino Que no será el de la vuelta Rociero es siempre ir Buscando marisma nueva Solano de los pinares, Solano de los pinares Cuanto más de tí me alejo Parece que estoy más cerca