Se alejo de mi lado la ingrata que tanto adoraba, Fue mentira el cariño sincero que un dia me juro, Desde entonces se ha vuelto de fuego la sangre en mis venas, Desde entonces la sombra del árbol también se apago, Que tristeza las aves del campo se van desterrando, El arrollo donde ella lavaba un dia se seco, El jacal de paredes de adobe donde ella vivía, Una tarde despues de su ausencia también se quemo. Los caminos que juntos nos dieron se llenan de espinas, Por las noches los vientos me dicen que no volverá, A mantado a clavar en mi pecho puñales de fuego, Sin embargo la sigo queriendo y la voy a esperar, Que tristeza las aves del campo se van desterrando, El arrollo donde ella lavaba un dia se seco, El jacal de paredes de adobe donde ella vivía, Una tarde después de su ausencia también se quemo