Recibí tu última carta, En la cual tú me decías: "Te aconsejo que me olvides, Todo ha muerto entre los dos. Sólo pido mi retrato Y todas las cartas mías, Ya lo sabes que no es justo Que aún eso conserves vos". Hoy reconoces la falta, Tenés miedo que yo diga... Que le cuente a tu marido Nuestra íntima amistad; ¡Soy muy hombre, no te vendo, No soy capaz de una intriga! Lo comprendo que, si hablara, Quiebro tu felicidad. Pero no vas a negar Que cuando vos fuiste mía, Dijiste que me querías, Que no me ibas a olvidar; Y que ciega de cariño Me besabas en la boca, Como si estuvieras loca... Sedienta, nena, de amar. Pero no vas a negar Que cuando vos fuiste mía, Dijiste que me querías, Que no me ibas a olvidar; Y que ciega de cariño Me besabas en la boca, Como si estuvieras loca... Sedienta, nena, de amar.