Ayer, propongo un testigo y juro, Que nunca imaginé mi pobre sueño, Que aquella cita alguna vez llegara Y a media luz se me cumplió el deseo. El vino, muy solemne, reposaba Discreto, silencioso, cual vigía, Las copas escoltaban nuestros platos... Ahí donde el amor es un caníbal Parece que no pasa nada a veces, De cerca suele ser distante un rostro, No obstante, más que un beso de tu boca, Deseaba ese beso de tus ojos. Ahora y en la espesura de la charla, A tientas caminaban nuestras voces, Lejanas se escuchaban las palabras, Tan tímidas, pasándonos de noche. Románticas las velas de la mesa Ardían y la cita transcurría, Las manos al mantel se asomaban... Ahí donde el amor es un caníbal. Parece que no pasa nada a veces, De cerca suele ser distante un rostro, No obstante, más que un beso de tu boca, Deseaba ese beso de tus ojos.