Aunque el tiempo corra Y se cambien costumbres Y a pesar de los años El hombre ha de volver Cada vez, con su canto a la tierra Ha de volver a vaciarse entero En su trozo de greda El hombre de la tierra Aquel que vio nacer un novillo A la sombra de un peumo O ese que un dia se durmio Con su manto de nieblas O aquel otro Que un domingo Se embriago sin motivos Todos ellos cultivan Un lenguaje de alma gemelo Y en cada regreso buscaran La quietud de la infancia Que al partir a la vida dejaron tirada Como una prenda añeja El hombre de la tierra Ha de volver a cantar su tristeza de lluvia A volcar su alegria A contar sus anhelos a la tierra Madre, novia y compañera De su primer desvelo El cantar de quelentaro Testimonio del retorno del hombre a la infancia Y a su sentir criollo Viene a entregarle su canto Y su pensar al surco Que ha de tragar la semilla Para que brote un dia Para que brote un dia En cualquier primavera de la vida