Pintar de rimel la boca negra de los recuerdos. Ungir de incienso y mirra la memoria y recordar la mejor vez Lustrar de filos la gema ardiente de lo que fue Dejar al cuerpo cruzar a nado los tres silencios Que lo separan del grito ahogado de los que quedan Del miedo atándose a los dejan Del llanto nuevo donde no están Llorar y después enterrar a los muertos... Guardar del polvo lo que merece no ser olvido Limpiar de sangre el suelo, la conciencia Y recordar la mejor vez Salvar el gesto el pelo los sabores de lo que fue Deja la pena secar al tiempo Y respirar Y que los muertos de nuestros muertos hagan el duelo Que los entierren en los misterios De los lugares donde andarán