Cuando el silencio de la noche huele a sal Cuando los cuervos salen solos a mirar. Cuando la luz del faro barre la ciudad Y en las ventanas ya queda nadie más. Rezando a Dios, se lanzaban al mar. Dejándonos, hacia ningún lugar. Cuando en la calle todo sigue siendo igual Y en los tejados alguien sueña con volar. Cuando la gente se disfraza de animal Cuando no queda más remedio que callar. Rezando a Dios, se pierden por el mar. Dejándonos hacia ningún lugar. Cuando mañana nadie quiera recordar Cuando los años borren toda la verdad. Aunque a los hijos les enseñen a olvidar Y en los diarios no se escriba nada más. Lejos de Dios, sus almas seguirán Buscándonos, desde ningún lugar... Lejos de Dios, sus almas seguirán Buscándonos, desde ningún lugar...