Si en tus noches no hay estrellas que seguir Si por dentro me abrumas Reconozco que ahora busco algo peor Que me aparte a lagunas Laberintos hechos para adormecer Coleccionando espinas Que a tu sombra se me clavan en la piel Como dulces mentiras Qué te debo si te di mi voluntad Sólo me queda el miedo Que me acuna entre sus manos de cristal Y me enseña el infierno Hasta cuando del veneno he de deber Hasta cuándo esta angustia Que me aparta del latido de tu piel Y presagia la lluvia Nunca más en una estrella esperaré Nunca más tu venida La ciudad de los fantasmas y el ayer Que hoy avivan mi herida Qué te debo si te di mi voluntad Sólo me queda el miedo Qué me acuna entre sus manos de cristal Y me enseña el infierno Esperar que se apague el silencio al llorar Esperar que se apague el silencio al llorar Qué te debo si te di mi voluntad Sólo me queda el miedo Que me acuna entre sus manos de cristal Y me enseña el infierno Esperar que se apague el silencio al llorar Esperar que se apague el silencio al llorar