Adiós, brisita llanera Perfumada con mastranto Adiós, garza veranera Caminito y lirio blanco Adiós, espuma viajera Dale un abrazo al remanso Paraulata sabanera Tú sabes de mi quebranto Quebranto porque mañana muy tempranito me marcho Me voy para no sé dónde y voy a andar no sé cuánto Cargando en mi corazón las cosas criollas del campo El canto de ordeñador de madrugada y descalzo Sumergido en el tesón de olor a ganado y pasto Me voy porque necesito poner tu nombre muy alto En oriente y en el centro, los Andes tierra de encanto Por allá en el catatumbo donde se aprecia el relámpago Pero te juro, mi llano, de rodillas por Dios santo Que así me vaya muy lejos de mi pecho no te arranco Y volveré, llano mío A mi mundo y a mi rancho A jugar con el rocío Y a regalarte mi canto Añoro mucho el pitido Lejano del cachilapo Añoro el monte y el río Y el chihuira en el barranco Vuelvo a cruzar tus caminos, paso a paso en mi potranco Tus lagunas, tus esteros, tus chaparrales y el banco Oyendo en la lejanía la letanía del tautaco A costa de monte el vena'o de vez en cuando pega un salto Huyendo del cazador, qué animalito bellaco Volveré porque me llama la corraleja del hato Y allá en la caballeriza la soga en el garabato La campechana, el palenque y la tinaja en el patio Me gritan las garabitas como recuerdos intactos Vuelvo, mi llano querido, para no ahogarme en el llanto