Están sonando las seis Don Marcial se pone en pie Porque es un señor muy puntual Y su esposa Doña Leonor es igual Ya le ha preparado su desayuno frugal Descafeinado sin leche ni azúcar Tostada integral Sin sal Luego Don Marcial se encamina Pasitos de jilguero, apresurado A la oficina Ha de ser el primero en llegar Es el encargado de abrir y cerrar A las once exactamente Le entra el gusanillo Y se va al bar de enfrente Por su tentempié Bocadillo de chopped y café, buen café Con chorritón de aguardiente De chin-ah-chón Un carajillo oportuno Que Don Marcial disimula el muy tuno Es la hora de comer Que desilusión para el pobre Marcial Pescadillita hervida otra vez Con su aceite y limón Sin sal, patata cocida Que lata la tensión Y que negra es la vida Y se alegra con un cubata de ron Cuando se va el personal Se toma otra copa, se cambia de ropa Ceñidos vaqueros, camiseta azul Ay! recuerdo de Cancún Tras colocarse un atroz peluquín Ah! que figurín Como una gallina clueca Se va a la plaza de Chueca Nadie le hace caso Ni se inmuta a su paso Se pasea por la plaza De terraza en terraza En aquella babel, nadie se fija en él Están sonando las tres Don Marcial vuelve a casa El corazón herido El rimel corrido El peluquín de través