He estado por todas partes Y no he podido encontrar Belleza como la tuya Ni en Francia ni en Portugal. Yo me arrimo a tu querer Como las salamanquesas Se arriman a la pared. La luna ya se está yendo Y a mí me da igual que se vaya. La luna que me interesa Está en aquella ventana. Le he preguntado a Undivé Si es que me daba licencia Para yo volverte a querer. Las estrellas del cielo Son ciento treinta. Con las dos de tu cara Son ciento cincuenta. Tú tienes esa virtud, Que hasta las enfermedades Las conviertes en salud. Sale el sol por la mañana Y oscurece las estrellas, Y tú oscureces al sol Cuando sales a la puerta. Te quiero más que a Dios. Yo no sé qué palabra habré dicho, Que me busca la inquisición. La madre que te parió Se merece una corona Y tú te mereces dos.