El enemigo no es un ejército de sombras El enemigo no está ahí fuera, amigo mío El enemigo no lleva chaqueta y corbata Ni una ametralladora o un pasamontañas El enemigo no es aquel que corta las cabezas de sus reos El enemigo, amigo mío, es uno mismo Está en uno mismo El enemigo público número uno es, Ha sido y será siempre, el ser humano Su ego, Su ansia de inmortalidad para la eternidad Su estupidez Su falta de conciencia global... Su ombligo El enemigo, amigo mío, es tu ombligo Tu propio ombligo al que observas Reflejado en un espejo Sí, ese que estás señalando ahora mismo con el dedo El ombligo, no hay otro enemigo amigo mío No obstante hay formas de neutralizarlo Hay remedios para evitar creerse el ombligo del Mundo El más bello sobre la faz de la Tierra El ombligo de Dios como Sevilla... Puedes evitar convertirte en un ombligo enemigo Te cuento, a mí me funciona Cuando tengo la narcisista tentación de imaginar Que soy el ombligo del Mundo Aunque solo sea por un instante, Mientras me lo "arrasco" tumbado en el sofá, por ejemplo Busco en Youtube vídeos Con imágenes espectaculares de la naturaleza Imágenes tomadas a vista de pájaro de paisajes increíbles O de la Tierra vista desde el espacio Lo hago con la intención de sentirme pequeño de nuevo Para tomar conciencia de la nimiedad de mi existencia Sabiendo además que probablemente Nunca vaya a poder presenciar La majestuosidad que aparece en pantalla No, no podré sentir esa sensación nunca en directo ¡Es una putada! Jamás saldré de este lugar o como muy lejos... Iré de vacaciones a... ¿Tánger? Aquí empieza a funcionar la terapia de choque Puesto que una vez neutralizado el instinto ombliguista Comienzo a padecer el síndrome del pixel El de sentirse como un diminuto pixel Que conforma la imagen del iceberg que aparece en pantalla También conocido como el síndrome de la gota de agua El síndrome de la mitocondria El síndrome del grano de arena, O el de la cagada de la mosca En mitad del desierto de Mauritania Visto a una altura de más de 3000 pies. O sea ¡Nada! ¡No eres nada! Ahí es donde quería que llegaras, Al entierro Al funeral, Al fin Con esto puede resultar suficiente Aunque no hace falta menospreciarse, Ni sentirse basura por la impotencia Que esta terapia y sus síndromes provocan Tampoco es eso, una pizca de amor propio Un "subidoncillo" de autoestima nunca vienen mal Ya que sin mesura esta terapia podría ser perjudicial Al servirle de alimento al otro enemigo Hay otro enemigo, adyacente al ombligo El de la rabia El del odio El de la envidia El que asesina y el que destruye No es necesario equipararse a la mitocondria todo el tiempo Tan sólo hay que saber que nuestra propia vida A rasgos universales tiene un valor ínfimo Y nunca superior al de cualquiera de los seres vivos. No eres más importante que una bacteria O que una cucaracha como las de Hitos en Inercia Recuérdalo amigo mío No hay enemigo No hay enemigo ahí fuera Puto psicópata conspiranoide del S XXI La culpa no es de la gente, es tuya, capullo ¡No hay más enemigo que tú! No hay más enemigo que tú Cuando crees que vas a cambiar el mundo Pasando por encima de todos, pisando sus cogotes Cuando piensas que llevas la puta razón Y que todos se equivocan o lo hacen mal, ¡menos tú! No hay enemigo, amigo mío El enemigo no es tu sombra El enemigo es tu ombligo El enemigo nace señalando al que tienes en frente Mientras le gritas con todas tus fuerzas "¡¡¡¡Tú eres el enemigo, Él es el enemigo, A por él!!!!" ¡MATADLE!