- ¡Es el Príncipe! - ¡Pasad adelante! ¡El pueblo sumiso vuestra orden espera! - ¡Es el Príncipe! - ¡Pasad! - ¡Es el Príncipe! - No, yo no soy ya príncipe, Yo soy vulgar caminante que pasa a lo largo de la carretera. - ¡Honrad la posada! - ¡Honradnos Señor! - Ampararme es peligroso - ¡Entrad! ¡Nos sobra valor! - Mi cabeza han puesto a precio, Me persigue mi enemigo. Yo la vida la desprecio y el salvarla sin gloria no bendigo. Para mi no pido albergue, yo jamás me he de esconder. Sólo busco un techo amigo, que en mi ausencia defienda a esta mujer. ¡Defenderla es un deber! Llorando de pena, llegó al lado mío. Es una azucena, se muere de frío. Es delicada flor que en mi camino hallé. Cuidadla por que acaso ya nunca volveré. Y un día si el amor la hiciese despertar... ¡Juradme! ¡Juradme que ninguno la ha de hacer llorar! ¡Juradme! ¡Juradme que ninguno la ha de hacer llorar!