Como en un vislumbrante atardecer el sol se oculta Allá en la lejanía del cenit inmensurable Sin que nadie jamás pueda seguir su larga ruta Se disipa en destellos y parece dilatarse Al regresar de nuevo con el Alba mañanera La Esfera terrenal deja sentir un suave encanto Las aves y los arboles en dulce Primavera Entonan al creador cantos de amor himnos y salmos Unámonos también en un dulce canto De alabanza y Loor a nuestro salvador Que su vida entregó por rescatarnos Del suplicio de la condenación En dislocada espera el señor estemos siempre Muriendo cada día como el sol en la penumbra Hasta que llegue el alba de la gloria incorruptible Que nos dará Jesús a levantarnos de la tumba Para entonar entonces aquel himno misterioso De loor sempiterno al creador del universo Por habernos legado en Jesús su amor inmenso Y dejarnos Vivir la eternidad en su reposo