Lo conociste siendo muy niño Y lo escuchaste con gran cariño. Penas y gozo, trabajo duro, Hicieron tu corazón maduro. Con alegría te preparaste, Con su Evangelio te alimentaste. La soledad como compañera, Te hizo entender que la gente espera. En su Palabra está tu alimento, Y canta tu corazón contento. Yo soy de Cristo, no de mí mismo, Tú eres de Cristo y no de ti mismo. Somos de Cristo, no de nosotros Yo soy de Cristo y no de mí mismo. (2) Paz y Alegría en el Dios de la vida. ¡Llamados para la misión, Claro que sí! Deja tu tierra, surca los mares, La vida espera en otros lugares. Ponte en camino, vé a todo el mundo, Es tu destino hacerlo fecundo. Ten por seguro la vida es dura, Pero con Dios tu vida es segura. Y cuando llegues siempre recuerda Que entre los pobres puse mi tienda. Es su cultura un lugar sagrado, Canta con ellos, vive a su lado. Yo soy de Cristo, no de mí mismo Tú eres de Cristo y no de ti mismo Somos de Cristo, no de nosotros Yo soy de Cristo y no de mí mismo. Yo soy de Cristo, no de mí mismo. Tú eres de Cristo y no de ti mismo. Somos de Cristo, no de nosotros Yo soy de Cristo y no de mí mismo. Las tentaciones serán en vano, si cantas como San Columbano Yo soy de Cristo, no de mí mismo. Tú eres de Cristo y no de ti mismo. Somos de Cristo, no de nosotros Yo soy de Cristo y no de mí mismo. Yo soy de Cristo, no de mí mismo. Tú eres de Cristo y no de ti mismo. Somos de Cristo, no de nosotros Yo soy de Cristo y no de mí mismo. Musicalización: Luis Ángel Napán Almeida